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Judaísmo Intertestamentario.
Dentro de judaísmo intertestamental, varios progresos significativos formaron el concepto de "Espíritu Santo" tal como se le entiende en el NT.
Después de que los profetas del AT hubieran proclamado la venida del Espíritu en la era mesiánica de la salvación, el judaísmo había desarrollado la idea de que el espíritu de profecía se había acabado dentro de Israel con el último de los profetas bíblicos ( Un ejemplo de esto lo encontramos en la profecía de Joel 2:28, cumplida en el día de Pentecostés. Esta es la misma revelación para AT y NT pero entendido en NT por la obra redentora y progresiva de Cristo). Salmos 74:9 dice: “No vemos ya nuestras señales; No hay más profeta, Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo”
En consecuencia, de vez en cuando surgió una esperanza de amanecer de la
nueva era, especialmente en el movimiento apocalíptico, que generalmente se enfocó a un supuesto mesías y/o algún despertar profético, comprobado con lo que señalo Gamaliel en Hechos 5:34 y sgts. “Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados”.
La expresión "el Espíritu Santo" aparece de vez en cuando en el judaísmo, pero, como en los textos rabínicos, generalmente significa "el espíritu de profecía de Dios".
Así, la expectativa mesiánica del judaísmo, que incluía el derramamiento escatológico del espíritu de Dios, resultó restringida por la convicción de que el espíritu se había terminado en Israel con el último de los profetas; al Espíritu Santo se le entendía como espíritu de profecía de Dios, que sería dado otra vez en los nuevos tiempos a un Israel purificado, conjuntamente con el advenimiento de un mesías.
El concepto del Espíritu Santo fue ampliado a través de la literatura sapiencial, especialmente en la personificación de la sabiduría a medida que esa idea entró en contacto con la de Espíritu. Ya desde Prov. 8:22ss. y Job 28:25ss., a la sabiduría se la presenta como un aspecto, más o menos independiente, del poder de Dios (aquí como agente en la creación), y a la sabiduría se le adscriben funciones y características atribuidas al Espíritu Santo en el NT.
3. El Nuevo Testamento
La enseñanza del NT sobre del Espíritu Santo se remonta al enfoque del Espíritu de Dios como manifestación del poder de Dios, y en la del espíritu de profecía.
Jesús, y la iglesia después de él, juntó estas concepciones al Predicar al Espíritu Santo como don escatológico de Dios al hombre.
La frase "el poder del Altísimo cubrió con su sombra" a María, frase de construcción paralela a la de "el Espíritu Santo " (Lucas 1:35; cf. 9:35), se hace eco de la expresión del AT de que espíritu de Dios es la nube divina que "cubrió con su sombra" el tabernáculo de modo que la tienda quedó llena de la gloria del Señor (Éxodo. 40:35; Isa. 63:11 y sgts. identifica la presencia de Dios en esta instancia como "Espíritu Santo de Dios").
Lucas registra el poder de Jesús para expulsar a los demonios "por el dedo de Dios", expresión del AT para el poder de Dios (Lucas 11:20; Éxodo. 8:19; Salmos 8:3). A este poder se le identifica como "espíritu de Dios" (Mat. 12:28), es decir, el Espíritu Santo (Mat. 12:32).
En el bautismo de Jesús el Espíritu vino sobre El, (Marc.1:10; "el Espíritu de Dios", Mat. 3:16; "el Espíritu Santo" Lucas 3:21), que recibió la confirmación de su divina filiación y misión mesiánica (Mat. 3:13 y sgts, par).
Jesús salió del Jordán lleno del Espíritu Santo (Lucas 4:1), y después de la tentación comenzó su ministerio "con el poder del Espíritu" (Lucas 4:14). Tomando el mensaje de Juan Bautista, Jesús proclamó la venida del reino de Dios (Mat. 4:17; cf. 3:1), Venida que estaría marcada por la presencia del Espíritu Santo (Mat. 12:28 y sgts) como muestra de la era mesiánica de la salvación (Lucas 4:18 y sgts.; Hechos 10:38; etc.).
CONTINUARA....